Yo no acostumbro a escribir este tipo de cosas, ni siquiera a decirlas, pero bueno, siempre hay una primera vez para todo, así que allá vamos:
Hoy no es un día especial. No es ni nuestro aniversario, ni San Valetín ni cosas de esas, solo un viernes normal. Tan normal que hasta está lloviendo. Pero no necesito ninguna fecha especial para escribirte ya que no hace falta, las cosas se demuestran día a día y los pequeños detalles son los más apreciados.
Es curioso cómo empiezan las cosas. Que dos personas tan distintas hayan acabado juntas es algo inexplicable. Todavía me acuerdo de la reacción de la gente cuando se enteraron. Se puede resumir en incredulidad, ¡pero no les culpo! En cuestión de gustos somos polos opuestos, y en nuestro carácter, bueno, ya sabes como soy: bastante impulsiva, caprichosa, con una capacidad nula para guardar rencor, espontánea e incapaz de guardarme mis problemas. Sin embargo tú eres más moderado, reservado, con una capacidad para decir cosas extrañas en momentos inoportunos, tienes una lógica acojonantemente ilógica y a veces no te das cuenta de lo que te rodea. ¿Pero sabes qué? Que no me importa nada de eso porque he aprendido aceptarte tal y como eres, con defectos y virtudes. Gracias por ser como eres, y gracias por como me haces ser cuando estoy contigo, por sacar la mejor versión de mi misma y por quererme tal y como soy, sabiendo lo complicada que soy. Gracias por acompañarme al cine a ver una película que odias solo por animarme y estar conmigo. Gracias por estar cinco horas al teléfono y que parezca que han pasado solo 10 minutos. Y así podría seguir, pero no me quiero repetir.
Es cierto que hemos pasado momentos difíciles, como todo lo que pasó este verano, pero visto con perspectiva, fue lo mejor que pudimos hacer, aunque la manera en la que sucedió no fue la mejor. Y esa forma fue lo que hizo que tuviera secuelas después de que volviéramos, de tener miedo porque volvieras a hacerme daño y que no me vieras como a alguien especial.... por ese motivo mantuve las distancias durante varios meses, hasta que me he dado cuenta de que no sirve para nada, de que hay que aprovechar el tiempo y decir lo que haya que decir ahora porque nunca se sabe cómo va a venir el futuro.
Te quiero. Podría escribir muchas cosas más como las ganas que tengo de verte/hablar contigo casi siempre, la adicción a tus besos, cómo me gusta llegar a mi casa y oler a tu perfume... pero todo lo resumo a esas dos palabras. Te quiero porque sí, porque no me hacen falta motivos para quererte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario